¿Alguna vez te has preguntado si es posible lucir con estilo y al mismo tiempo cuidar el planeta? Yo también, y la verdad es que me encanta cuando encuentro algo que combina ambas cosas. Por eso quiero contarte sobre las zapatillas deportivas D. Franklin, que no solo son súper cómodas, sino que además están hechas con materiales reciclados, lo cual me parece un gran punto a favor.
Si llamar la atención no es lo tuyo te recomiendo no usarlas, sólo tenerlas puestas hace que una que otra mirada curiosa se vaya directo hacia nuestros pies.
Algo que me hace sentir especialmente bien al usarlas es saber que son veganas y respetuosas con el medio ambiente. Las zapatillas deportivas D. Franklin , están hechas con textil reciclado certificado, así que mientras tú caminas con estilo, también estás ayudando al planeta. Es un win-win total, ¿no crees?
Personalmente, las uso para todo: desde paseos casuales hasta jornadas más activas. Y cada vez que las llevo, siempre alguien termina preguntándome dónde las conseguí. Es que tienen ese no-sé-qué que llama la atención de una manera natural.
Estas zapatillas deportivas D. Franklin, están inspiradas en la energía y el estilo de Venice Beach, y créeme, tienen ese aire moderno y desenfadado que pega con todo. Lo mejor es que su diseño no pasa desapercibido: el verde kaki combinado con detalles como el logo en negro y el emblema en relieve del talón les da un toque auténtico que se ve increíble, o si lo prefieres en blanco par mas discreción.
Si hablamos de comodidad, las zapatillas deportivas D. Franklin, son un 10 absoluto. La suela es tan ligera que casi parece que no llevas nada puesto, y la plantilla antibacteriana es ideal para mantener los pies frescos durante todo el día. ¡Ah, y los cordones de algodón aseguran un ajuste perfecto, para que no te preocupes por nada más que disfrutar cada paso!
Si estás buscando unas zapatillas deportivas, que combinen diseño, comodidad y conciencia ambiental, sinceramente, estas son para ti. Estoy seguro de que, como yo, terminarás amándolas.
Alberto Martín